17 May 2019 Proteger los bosques a través del uso sostenible de su biodiversidad

En Europa del Este la recolección de hongos silvestres es más que una tradición. Es un evento social. Cada año, a fines de verano y principios de otoño, miles de personas recorren el bosque en busca de los ejemplares más grandes y perfectos. Les enseñan a sus hijos cuáles hongos son comestibles o venenosos, y así transmiten el amor por los bosques y las tradiciones ancestrales.

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En Europa del Este la recolección de hongos silvestres es más que una tradición. Es un evento social. Cada año, a fines de verano y principios de otoño, miles de personas recorren el bosque en busca de los ejemplares más grandes y perfectos. Les enseñan a sus hijos cuáles hongos son comestibles o venenosos, y así transmiten el amor por los bosques y las tradiciones ancestrales.

Por las noches, las familias comparten su cosecha en un plato lleno de comida deliciosa y juntos celebran el cuidado de los bosques, comparten los mejores lugares que encontraron y recuerdan los animales o aves que avistaron en el camino.

Los bosques se encuentran entre los tesoros más valiosos de la tierra: suministran energía a partir de la madera, ayudan a regular el agua, protegen el suelo y conservan la biodiversidad.

Sin embargo, en el manejo tradicional de los bosques, los árboles siguen siendo vistos principalmente como una fuente de madera. Todos los demás productos derivados de tierras boscosas —como la miel, los hongos, los líquenes, las bayas o las plantas medicinales y aromáticas— se consideran de importancia secundaria.

Los recursos forestales no maderables tienen beneficios de gran alcance para millones de hogares, tanto en términos de subsistencia como de ingresos. Estos subproductos están presentes en los alimentos y artículos cotidianos, como cosméticos o medicamentos. Por tanto, la protección de su entorno es vital.

Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre de Bulgaria, uno de los lugares con mayor biodiversidad de Europa. Allí se pueden encontrar osos pardos, linces y lobos, y también cientos de especies de aves, así como una gran variedad de tipos de árboles, como hayas, abetos y robles.El país tiene una larga tradición de prácticas de manejo forestal. Existen programas de monitoreo a gran escala y las comunidades locales vigilan su entorno natural. En conjunto, estos factores han permitido a las autoridades nacionales aprovechar al máximo su biodiversidad.

Más de 90% de las cosechas anuales de hierbas silvestres y cultivadas se venden como materia prima a países como Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos, lo que convierte a Bulgaria en uno de los principales proveedores mundiales en este sector. Al adquirir experiencia en la protección y uso sostenible de productos forestales no madereros, el país se ha convertido en un modelo para la región balcánica.

En los últimos doce años, Bulgaria ha recibido US$ 335,3 millones en fondos provenientes de la Unión Europea para impulsar proyectos de conservación de la naturaleza que han sido implementados por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, parques nacionales y naturales, municipalidades y organizaciones sin fines de lucro. El financiamiento ha permitido al país extender sus programas ambientales y garantizar que sus recursos forestales continúen usándose de manera sostenible.

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Miroslav Kalugerov, Director del Servicio de Protección de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, sabe por experiencia que recibir dinero para la protección del medio ambiente no necesariamente lleva al éxito. También conoce que, si bien el acceso a la información integral es vital para el manejo adecuado de cualquier recurso natural, es solo un primer paso hacia las soluciones ambientales.

 “Sin datos, la conservación de la naturaleza sería caótica, los objetivos pueden no cumplirse y la protección de productos forestales no maderables sería imposible”, dice Miroslav.

Macedonia del Norte es un buen ejemplo. A pesar de exhibir características de recursos naturales similares a las de Bulgaria, el país aún tiene que aprovechar todo el potencial de los productos y servicios que sus bosques ofrecen. Una de las razones es la falta de legislación y capacidades para identificar y monitorear el estado de las especies de importancia económica.

Para contribuir al manejo sostenible de los recursos, ONU Medio Ambiente, el Ministerio de Medio Ambiente y Planificación Física de Macedonia del Norte y la fundación Conectando los Valores Naturales con las Personas (CNVP, por sus siglas en inglés) organizaron un visita de estudio a Bulgaria para compartir experiencias sobre cómo preservar y administrar de forma viable los productos no madereros.

Esta iniciativa formó parte de un proyecto más amplio financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), denominado “Lograr la conservación de la biodiversidad mediante la creación y el manejo efectivo de áreas protegidas y la incorporación de la biodiversidad en la planificación del uso de la tierra”.

“Unir las fuerzas de diferentes autoridades nacionales y locales, instituciones, personas de la comunidad y empresas a través de diferentes actividades del proyecto, contribuirá a la protección y uso sostenible de los llamados productos forestales no madereros en la República del Norte de Macedonia", dice Iskra Stojanova, coordinadora del proyecto en ONU Medio Ambiente.

Aproximadamente 80% de la población mundial en desarrollo utiliza estas cosechas para la salud y sus necesidades nutricionales, señala Anela Stavrevska-Panajotova, coordinadora del proyecto en la fundación CNVP.

Las prácticas y habilidades aprendidas de los expertos búlgaros son cruciales para trabajar en la identificación de bienes forestales no madereros y pruebas piloto en el norte de Macedonia, explica la experta.

Educar a los líderes locales y al sector empresarial sobre el uso sostenible de los recursos forestales es una solución rentable para enfrentar el cambio climático. El uso sostenible de la naturaleza ayuda a mejorar el estado de los bosques y hábitats y, por extensión, a garantizar la seguridad económica y alimentaria de las comunidades.

Además, los bosques actúan como sumideros de carbono y pueden eliminar los contaminantes de la atmósfera, convirtiéndose en una herramienta muy versátil para combatir la contaminación del aire y mitigar el cambio climático. Cada año, absorben un tercio del dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles en todo el mundo.

Mejorar la calidad del aire sigue siendo una prioridad para los Balcanes Occidentales, donde las centrales eléctricas emiten 45 millones de toneladas métricas de CO2 por año. Los costos directos para la salud de la contaminación del aire se pueden medir en miles de millones de dólares.

Los bosques son aliados naturales y efectivos en la lucha por un aire más limpio. Además, son esenciales para asegurar un futuro sostenible para las comunidades que dependen de ellos.

La contaminación del aire es el tema del Día Mundial del Medio Ambiente 2019, que se celebra el 5 de junio. La calidad del aire que respiramos depende de las elecciones de estilo de vida que hacemos todos los días. Obtén más información sobre cómo te afecta la contaminación y qué se está haciendo para limpiar el aire que respiramos en worldenvironmentday.global/es. Participa en la conversación de redes sociales usando el etiqueta #SinContaminaciónDelAire.

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